4.8.16

Refundando América Latina para el siglo 21

Para que América Latina pueda aprovechar realmente los beneficios que trae la nueva revolución digital, que para el año 2025 va a tener un impacto económico equivalente a entre una y dos veces el PGB de Estados Unidos, es necesario un cambio de mentalidad radical. No sé si podremos hacerlo: solo sé que debemos intentarlo.

Nuestros países fueron fundados sobre la conquista. Los territorios conquistados eran explotados mediante encomiendas. Desde entonces, la base del bienestar de la región ha estado basado en los recursos naturales. Pero para el siglo 21 necesitaremos fundamentalmente capital intelectual. 

Ninguna Universidad de la Región está entre las 100 mejores del mundo. Las patentes por cada millón de habitantes son de apenas 26, contra 3.254 de Corea del Sur (que tenía un PIB per cápita inferior a Chile hace 50 años). El capital intelectual no es parte de nuestro modelo de desarrollo. Esa es nuestra principal debilidad frente al siglo 21. ¿Cómo sería el PGB de América Latina si todos sus habitantes trabajaran en lo que tienen más talento natural, desarrollado durante su formación básica y superior?

Llevamos años escuchando que se debe dejar de depender de los recursos naturales y se ha de crear una economía del conocimiento. Sin embargo, reformas como la educacional o la laboral que actualmente se discuten en Chile siguen siendo pensadas para un país de economía primaria. Seguimos haciendo lo mismo esperando un resultado diferente.

La principal reforma educacional de Chile debería ser añadir a sus objetivos - como algo central - el desarrollo de los talentos naturales de las personas. El foco de todos los programas de los Gobiernos de la Región debería estar en el apoyo al emprendimiento en los campos relacionados con los sectores que más van a crecer en el siglo 21, y que están claramente identificados. O volveremos a la pobreza.

Alfredo Barriga